“Disfrutaba mucho con la casa llena de gente el día de Honras”

Sandalio Baena Aguado Prioste Mayor 2020

Ha sido una auténtica sorpresa para él que la Junta de Gobierno de la Hermandad le haya nombrado Prioste Mayor 2020. De hecho, reconoce sincero quesolo de pensar en el protagonismo que iba a coger, barajó renunciar. Sin embargo, su nieta Lucía, gran devota de la Virgen de La Paz, le convenció para que dijera que sí. Y así lo ha hecho y ya disfruta de este orgullo, a pesar de los nervios que le ha generado. Espera con ganas las fiestas para disfrutar de este nombramiento tan bonito.


¿Cómo te has sentido con el nombramiento?
Ha sido una sorpresa, porque no me lo esperaba, y un orgullo.

.¿A quién se lo contaste primero?
A mi mujer, que estaba conmigo, y luego a mi hija Concha y a mi nieta Lucía. Después ya a mis hijos, Javier y Carlos.

¿Cómo lo ha vivido tu familia?
Mi nieta es la que más lo ha valorado y más se ha emocionado porque yo al principio me negué porque no quería tener protagonismo, pero ella me dijo: “abuelo quiero que seas Prioste Mayor”. Y entonces acepté. Ella es muy devota de la Virgen, no se pierde nada relacionado con nuestra Patrona.

¿Pensaste en tus padres al saberlo?
Si hubiesen vivido mis padres les hubiera encantado porque mi abuela y mi madre fueron camareras de la Virgen, mi padre y mi hermano José María, Prioste Mayor; y mi hermano Julián, presidente y Prioste de honor.

¿Te da un poco de miedo que lleguen las fiestas?
Un poco de nervios tengo por esto. Por eso al principio le dije a la presidenta, Isabel Páramo, que no, pero, al final, rectifiqué. Yo siempre he estado en todo, pero en segundo plano, pero ahora voy a estar delante y eso no lo llevo bien. Estoy muy nervioso ya sólo de pensar en que se me va a ver, en que la gente va a estar pendiente de mí y en que me van a felicitar, aunque es bonito también

.¿Cómo vas a vivir estas fiestas?
Voy a vivirlas igual que siempre, con mucho sentimiento. Siempre he asistido a todo, también a las comidas. Desde pequeño he ido a los actos, nunca lo he dejado. Llevaré a toda mi familia a las comidas de Hermandad porque he tenido la suerte, además, de que cae en fin de semana. Es más fácil que puedan estar todos. Otros años no pueden dejar el trabajo. Mi nieta Lucía lo va a disfrutar mucho.

.¿Ha sido difícil contagiar a tu familia de ese cariño por Alcobendas y la Virgen de la Paz?
A mi mujer no la he contagiado del todo porque, aunque quiere mucho a la Virgen de La Paz, ella es de Madrid y es muy devota de Jesús de Medinaceli, porque vivía en la zona. Tiene un gran sentimiento con el Cristo. La que más vive esto es mi nieta, más que mi hija Concha, su madre. Le encanta todo lo que tenga que ver con la Virgen y es algo que me hace mucha ilusión.

¿Cómo recuerdas las fiestas de cuando eras pequeño?
Ha cambiado todo por completo. Celebrábamos el día de La Paz, el día del Milagro, pero el Día de Honras, mi familia traía al predicador y luego invitábamos a comer a casa a la gente del pueblo. Mi abuela hacía la comida. Luego mi madre, que era hija única, siguió con la tradición, aunque ya lo hacíamos en un restaurante. Mi padre invitaba porque en casa ya no cabíamos.

¿Te acuerdas de lo que comíais?
Se variaba, pero de lo que me acuerdo es de que don Teodosio, un sacerdote amigo de mi familia, venía a desayunar y se comía diez o doce chuletas. Luego comíamos cordero y también sopa de primero.

¿Cómo lo vivías?
Con normalidad porque era lo habitual. Me sentía muy a gusto con toda la gente en casa. Me gustaba también ir a casa de Tomás Páramo el día 24 y de don Ramón (el médico) el día 25 cuando ya era un poquito más mayor porque de pequeño no me dejaban.

Me hablabas de tu madre y de tu abuela, que fueron camareras de la Virgen.
Mi abuela preparaba los distintos mantos que iba a poner cada día y le ayudaba a llevarlos con mis hermanos en una cesta de mimbre y después con mi madre lo mismo.Recuerdo también que había que bajar a la Virgen a manivela y volverla a subir.
¿Y tu padre?
Fue uno de los fundadores de la Hermandad y lo organizaba todo con Carlos Méndez o Plácido y algunos más. Contrataban en Madrid las colgaduras, organizaban la pólvora…

¿En qué cosas has visto tú más el paso de los años?
Para bien, en la procesión de la Virgen. Antes íbamos 500 o 600 y ahora miles y miles. Es un acontecimiento muy importante en la ciudad y fuera de ella. Para mal, que no nos conocemos todos como antes. No hay ese sentimiento de familia.

Ahora son unas fiestas solo con actos religiosos. ¿Y antes?
Se montaba una plaza de toros con carros en la plaza del Pueblo y traíamos vaquillas. Ahora se ha centrado todo en lo religioso, pero hace años nos divertíamos también con esas cosas.

Tus hermanos han estado siempre muy implicados en las fiestas con la música y Julián, además, con la Presidencia de la Hermandad durante muchos años. Tú también pasaste por la Junta.
Sí, estuve hace años hasta que me fui a vivir fuera de Alcobendas, y ya era más lío venir a las reuniones. He seguido colaborando, pero sin formar parte.

¿Qué es lo que más te gusta de las fiestas?
El Día de Honras, antes y ahora. De pequeño y joven porque venía la gente a casa y ahora porque recordamos en esa Misa a los que ya no están. También me gusta mucho la Salve del día 23, la primera de todas.





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